Nuevo León

Monterrey: Comunidad Musulmana Celebra Ramadán

En la Ciudad de Monterrey, un joven llamado Anthony se levanta antes del amanecer para comenzar su día con una práctica arraigada en su fe: la oración matutina. Este ritual marca el inicio de su jornada escolar en el Conalep, donde se esfuerza por cumplir con los cinco rezos diarios que establece su religión, el islam, a la que se unió hace apenas seis meses.

¿Qué es el Ramadán?

El Ramadán, el mes más sagrado en el calendario lunar islámico, es un momento de reflexión, devoción y autocontrol. Durante aproximadamente 30 días, Anthony y millones de musulmanes en todo el mundo observan el ayuno desde el amanecer hasta el ocaso, absteniéndose de alimentos y bebidas durante las horas diurnas. Para Anthony, esto implica ajustar su horario de ingesta de líquidos y alimentos exclusivamente a las horas nocturnas.

Entre sus obligaciones diarias, Anthony encuentra tiempo para cumplir con sus deberes religiosos, incluso mientras navega entre clases y traslados en metro o en camión por la ciudad. A sus 16 años, la práctica de su fe islámica es un testimonio de su dedicación y convicción.

“Rezo cinco veces al día, al menos trato de hacerlo”, comparte Anthony mientras espera el inicio del maghrib, la oración del atardecer, en un centro de culto musulmán en el Centro de Monterrey.

Musulmanes se Congregan en Monterrey

Aunque la Ciudad de Monterrey está mayoritariamente poblada por cristianos, Anthony encuentra apoyo y comunidad en su mezquita local. Sin embargo, el viaje diario de una hora en transporte público para asistir a su templo es un recordatorio de los desafíos que enfrenta como musulmán en una sociedad predominantemente no musulmana.

Su decisión de convertirse al islam ha sido objeto de controversia dentro de su propia familia. “A mi mamá, al principio, no le gustó”, confiesa Anthony. “Ella me decía que son terroristas, pero yo en Estados Unidos tuve amigos árabes, conociéndoles y conociendo cómo es el islam, le digo que todo eso es mentira, es propaganda”.

En la mezquita, Anthony se une a una comunidad diversa de musulmanes mexicanos y extranjeros, cada uno con su propia historia de fe y devoción. La igualdad y la inclusión son valores fundamentales en este lugar de culto, donde las puertas están abiertas para todos, independientemente de su origen o nacionalidad.

El imam Ismael Muhammad, guía espiritual de la mezquita, enfatiza la importancia de la comprensión y el respeto mutuo entre personas de diferentes credos y culturas. “Dios no mira la belleza del cuerpo ni la cara, sino al corazón, las obras y la piedad de cada persona”, afirma.

Ramadán: Un Tiempo de Reflexión Espiritual

El Ramadán no solo es un período de ayuno físico, sino también un tiempo de reflexión espiritual y crecimiento personal. Para Patricio, un joven de 19 años con aspiraciones empresariales, aceptar el islam fue un paso significativo en su viaje espiritual. Después de un análisis exhaustivo y una búsqueda de significado, encontró en el islam un camino hacia el monoteísmo y la conexión con Dios que había estado buscando.

En la mezquita, Patricio y otros musulmanes se reúnen para romper el ayuno durante el Ramadán, siguiendo la tradición del profeta Mahoma al consumir dátiles y agua. Estos momentos de comunión y celebración fortalecen los lazos de la comunidad y refuerzan la importancia del sacrificio y la fe durante este mes sagrado.

Sin embargo, la práctica del islam en Monterrey no está exenta de desafíos y malentendidos. El imam Muhammad invita a la comunidad a visitar la mezquita y conocer de primera mano las enseñanzas y prácticas del islam. “Escucha de nosotros mismos para saber la realidad”, insta Muhammad. “Existe mucha gente que probablemente escucha mal del islam, pero al ver el islam cambia de opinión”.

En un mundo marcado por la diversidad y la pluralidad de creencias, el Ramadán en la Ciudad de Monterrey es un recordatorio de la riqueza y la complejidad de la experiencia humana. A medida que musulmanes como Anthony y Patricio observan su fe con devoción y compromiso, inspiran a otros a buscar la verdad y la comprensión en medio de la diversidad religiosa y cultural.